1905-1980

CONFUSIÓN.

Me siento, pido un café con leche, el mozo me hace repetir tres veces el pedido y lo repite él también para evitar todo riesgo de error. Se va, transmite mi pedido a un segundo mozo, quien lo anota en un cuaderno y lo transmite a un tercero. Por fin vuelve un cuarto y dice: “Aquí está”, mientras deja en mi mesa un tintero. “Pero —digo yo— yo había pedido un café con leche”. “Y bien, eso es”, replica él y se va.